Zonas donantes y zonas receptoras en un injerto capilar

Implante capilar: proceso y técnicas

Cuando hablamos de operación capilar, nos referimos a aquel procedimiento minucioso y riguroso mediante el cual se consigue una repoblación uniforme del conjunto del cuero cabelludo. Para un implante capilar exitoso es necesario ponerse en las mejores manos, y así poder optar a unos resultados naturales y a la altura de las expectativas. 

Con tal de conseguirlo, existen dos métodos que, a día de hoy, son los más avanzados en este campo de la medicina: técnica FUE y técnica FUSS. Ambas persiguen tratar la alopecia mediante la extracción de folículos de un área de la cabeza a otra (zonas donantes y receptoras. Lo único que cambia es la metodología que emplean, pues la técnica FUE se realiza folículo a folículo y la técnica FUSS se sirve de la extracción de una fina banda de piel con pelo.

¿Y la zona receptora?

Al contrario que el área donante, la zona receptora se caracteriza por sufrir pérdida y caída de cabello, por lo que es la encargada de recibir los folículos extraídos y, de este modo, ser repoblada. Generalmente, cuando hablamos de la zona receptora, hacemos referencia a las entradas y a la coronilla, así como la línea frontal. 

Con tal de diseñar dichas zonas receptoras se debe tener en cuenta la densidad que presenta la zona donante, así como el resultado que se desea obtener. También se debe considerar la extensión a repoblar del área receptora, lo que será un caso diferente en cada paciente. Como es lógico, es la que más impacto sufre en la operación capilar, por lo que resulta imprescindible seguir las pautas de cuidados después de trasplante capilar.

¿Cómo crece el cabello?

Tras practicar un implante capilar, una de las dudas más recurrentes es cuándo y cómo evoluciona el crecimiento del pelo. Si bien es cierto que el proceso completo se extiende hasta los 12 meses, siendo en ese punto cuando los resultados son completamente visibles. Pero hasta llegar a ello, el cuero cabelludo atraviesa varias fases. 

A grosso modo, la evolución tras la cirugía queda de la siguiente manera: en los primeros 10 – 15 días, siendo los más “críticos”, el cuero cabelludo sufre hinchazón y aparecen costras, que poco a poco desaparecerán por sí mismas. A continuación el pelo se cae, entrando en fase telógena. Esto es totalmente provisional para que el crecimiento sea el adecuado, fuerte y sano. Suele producirse a los 3 meses, y a partir de ahí el cabello irá creciendo de forma normal y regular.